Colonia, el escape perfecto

Colonia es una ciudad histórica que resalta sobre las demás. Conservando su arquitectura antigua y rica historia, esta pequeña localidad uruguaya recibe de turistas todas […]

Colonia es una ciudad histórica que resalta sobre las demás. Conservando su arquitectura antigua y rica historia, esta pequeña localidad uruguaya recibe de turistas todas las semanas. Debido a la cercanía y a la posibilidad de moverse fácilmente, este departamento se puede recorrer de forma completa en tan solo un día. Algo ideal para los fotógrafos, historiadores y viajeros.

Muchos argentinos y brasileños la eligen, ya que es fácil llegar, sea por avión, barco o incluso automóvil. Es un plan ideal para pasar el fin de semana y ofrece varios puntos interesantes para conocer. Colonia del Sacramento es simple pero encantadora, siendo su simpleza y fachada argumentos suficientes para enamorarse.

Uno de los puntos más concurridos e históricos es la puerta de la Ciudadela. En sus orígenes fue el punto de acceso a la ciudad amurallada. La muralla de piedra sirvió para proteger a la vieja ciudad en el siglo XVII. Junto a las calles de piedra y las casas de estilo español y portugués, hacen de la ciudad uno de los sitios más pintorescos de Uruguay.

El lugar que los fotógrafos eligen es sin dudas la calle de los suspiros, debido a que se puede apreciar un espectacular atardecer sobre el Río de la Plata. Además, esta calle está repleta de historias. Hay quienes sostienen que fue llamada así por los numerosos prostíbulos que existían en la época colonial. Estos lugares tenían mucho éxito ya que eran visitados por los marineros que pisaban tierra firme y solían ir en busca de algo de diversión.

Otros afirman que así se denomina debido a que trasladaban a los prisioneros y condenados a muerte, caminando por aquí y suspirando tras el fatal futuro que les esperaba. Existe también la teoría que la Calle de los Suspiros era el rincón de los enamorados, que se reunían suspirando por el amor.

El faro, ubicado en medio de la pequeña ciudad, que permite una vista panorámica para apreciar en su totalidad al departamento colonial y la basílica, conservando su arquitectura e historia ubicada en la plaza central, conforman el centro de la ciudad.

Otro punto interesante es la plaza de los toros. Hoy en día prohibida su visita por peligro de derrumbe, fue testigo de innumerables celebraciones. Si bien su acceso no está permitido, vale la pena acercarse y rodearla para ver lo imponente que es.

Por último, y no menor, la costa. Muchos metros de playa y agua relativamente cálida, reafirma su condición de escenario perfecto para veranear. Entre las rocas, los famosos espejos de agua formados por lluvias o subida del río, quedando estancada en el terreno rocoso, reflejando la luz, al cielo y al sol. Un poco alejada de la ciudad, como la plaza, son buenas opciones para manejar y pasear.

Colonia ofrece diversas actividades, reforzadas por la hermosa vista, paz y los variados lugares para cenar. Una ciudad romántica, que todas las noches recibe miles de personas y que vive del turismo, creciendo año tras año pero conservando aquello que la diferencia de las demás.

Juan Martín Bonamaison