Filadelfia hace historia en la NBA

El equipo de Filadelfia 76ers volverá a jugar los playoffs este año en la NBA, después de 5 temporadas, en las cuales los hinchas del […]

El equipo de Filadelfia 76ers volverá a jugar los playoffs este año en la NBA, después de 5 temporadas, en las cuales los hinchas del equipo tuvieron que sufrir para volver a ver a su amada franquicia en la post-temporada. El proceso estuvo lleno de dramatismo e incertidumbres, con las historias más insólitas de jugadores que en unos añosprobablemente serán los mejores de la liga. Esta es la historia de cómo los 76ers renacieron al mando de dos jóvenes jugadores que podrían marcar época.

Joel Embiid y Ben Simmons son los dos jugadores que tienen enloquecidos a toda la ciudad de Filadelfia. Tienen muchas cosas en común, ambos extranjeros, con duras lesiones, y ambos con el mayor talento de sus camadas, respectivamente.

El camino comenzó cuando en el draft de 2014, con la tercera selección, el Director de Operaciones en ese momento de Filadelfia, Sam Hinkie, decidió apostar por Joel The process Embiid, un joven pívot de 2.13 metros de 20 años, de origen camerunés con un potencial enorme, pero también con enormes incertidumbres debido a su historial de lesiones. Embiid fue a la universidad de Kansas en donde estuvo solo una temporada, en la cual se perdió las instancias finales de la liga de básquetbol universitario debido a una lesión en su pie: tuvo que ser operado días antes del draft y le provocó 6 meses de inactividad. Sí, elegirlo tenía todo un riesgo, era y es un jugador con tendencia a lesionarse.

Sus primeros dos años en la NBA no fueron positivos, no jugó ni un segundo debido a lesiones en el pie, la cadera y la rodilla, era toda una decepción. El potencial que tenía y el entusiasmo de la gente empezó a bajar, hasta que jugó. Finalmente, en la temporada pasada pudo hacer su debut. Aunque fueron solo unos meses antes de que se volviera a lesionar, no decepcionó. Embiid tomó por sorpresa a la NBA y la gente quedó impactada, es un jugador con una habilidad única, con movimientos de poste de Hakeem Olajuwon, la potencia de Shaquille O’Neal, un tiro de media distancia que pondría orgulloso a Dirk Nowitzi y una defensa cerca del aro a lo Ben Wallace que asombra. Incluso ha tirado el Euro-Step de Manu Ginobili. Tiene un juego completísimo, y además tiene un carisma y una autoestima inigualables, el camerunés esta siempre de buen humor.

Para que Filadelfia llegase a los playoffs faltaba una pieza más, tal vez la más importante. En el draft de 2016, el equipo decidió elegir, con la primera selección general (ya con Bryan Colangelo como General Manager, debido a que a Sam Hinkie lo despidieron por el aparente fracaso de elegir a Embiid) a Ben Simmons, un base australiano de 2.08 metros de 20 años. Ben venía de jugar una temporada en LSU, una universidad más bien pequeña en el mundo del básquet universitario. Allí Simmons fue una máquina impresionante. Lideró a su equipo en todas las categorías principales (puntos, rebotes, asistencias, robos y tapones) y se declaró elegible para el draft en el cual no había dudas de que era él el jugador con mayor potencial y talento.

Cómo era de esperar en la historia de los Sixers, Simmons se perdió toda su primera temporada por una lesión en el pie, pero jugó la mayoría de los partidos de la actual temporada. Dejó que hablar y está dejando mucho de qué hablar. Apodado El príncipe por nada más y nada menos que Lebrón James por su parecido en el juego con éste, Ben Simmons es una mezcla de Magic Johnson (otro base muy alto para su posición) y del mencionado anteriormente Lebrón, con una visión de campo increíble. Ya está entre los máximos asistidores de la liga, promedia 16.1 puntos (tercero entre los novatos) y ni siquiera tiene tiro de media distancia, todos sus puntos son alrededor de la pintura, con un manejo excepcional de las dos manos. Ya es también, el novato con más triples-dobles con 11 desde Oscar Robertson en 1960.

En la temporada actual, cuando finalmente se pudieron unir estas dos jóvenes figuras y promesas, los 76ers empezaron a funcionar y a ganar partidos. El equipo juega al compás del australiano, con el camerunés como principal anotador. Es un equipo muy joven que vive todos los partidos como si fueran finales, con una intensidad muy grande, mérito de su entrenador, Brett Brown y de jugadores de rol como Dario Saric, Robert Covington o J.J. Reddick, con buen tiro de triple, que se abren para darle lugar a Simmons para que pueda penetrar y dar un pase a uno de estos que se encuentran en el perímetro.

Actualmente están terceros en la Conferencia Este y con un partido por jugar, ese puesto será de ellos o de los Cleveland Cavaliers. Ésta es su primera temporada de 50 partidos ganados o más, desde que lo lograron en el 2001 con Allen Iverson como líder, y están en una racha de 15 partidos consecutivos ganados, la segunda más extensa de su historia. Este quizá no sea el año de los 76ers, ya que hay muchos equipos muy bien preparados, pero sin dudas serán uno de los mejores en los años que siguen, y coronarlo con un campeonato sería un buen regalo para los sufridos fanáticos de la franquicia.

Autor: Martin Wizenberg 2 A Turno Tarde