El loco de la cara pintada

Darío Dubois jugó toda su carrera en las categorías de la C y D pero hay algo que llamaba la atención de la gente y […]

Darío Dubois jugó toda su carrera en las categorías de la C y D pero hay algo que llamaba la atención de la gente y los medios, un día cuando jugaba para Midland decidió salir a jugar un partido con la cara pintada al estilo heavy metal justo en el clásico contra Argentino de Merlo. Todo el público sorprendido lo vio salir con la cara pintada, ante esta situación se le acercaron los jueces y le pidieron que no puede jugar así, por lo que Darío respondió: «no hay ley que lo prohíba» y pudo jugar el partido, así lo siguió haciendo 15 partidos más.

Además de ser futbolista tocaba en una banda de black metal, de ahí viene por qué se pintaba la cara juntando sus dos pasiones, el fútbol y el rock. Aunque jugaba profesionalmente él dijo una vez que no le gustaba jugar al fútbol «lo hago porque es muy competitivo, me entreno mucho no como carnes rojas, no fumo, no tomo ni me drogo», reveló hace mucho en una entrevista para Tyc Sports.

Tampoco tenía pelos en la lengua a la hora de confesar las injusticias que hacían los dirigentes de los clubes del ascenso, en una entrevista para «Ascenso 950» en radio Belgrano acusó al presidente de Juventud Unida (Juán José Castro) de ofrecerles al equipo plata para que perdieran para que él entrara en reelecciones en San Miguel, por supuesto que la rechazaron «es un político que podes esperar más de él», concluyó Darío, pero esta no fue la única vez que lo hizo.

Una vez cuando lo expulsaron jugando para Yupanqui vio que al árbitro se le cayeron 500 pesos entonces Darío los agarró y le dijo: «este es el premio que vos tenes al expulsarme» y se fue con la plata, por lo que el juez del partido lo siguió. «Al final le devolví la plata», comentaba entre risas.

Finalmente cuando jugaba para Victoriano Arenas se rompió los ligamentos cruzados, el club no se hizo cargo de la operación y decidió dejar el fútbol sin cumplir su sueño de jugar hasta los 40 años pero quizás porque ya se daba cuenta de que los valores por los que jugaba ya se estaban perdiendo entonces decidió dejarlo.

Después de abandonar el fútbol incursionó en la música siendo sonidista y tocando con su banda tributo a Vox Dei en pubs y bares de vez en cuando hasta que un día en un episodio no esclarecido murió el 17 de marzo de 2008 tras sufrir 2 balazos.

Hoy en día en los clubes donde jugó: Yupanqui, Midland, Victoriano Arenas, Laferrere, Riestra, Cañuelas y Lugano lo recuerdan y hacen un minuto de silencio todos los 17 de marzo recordándolo.

Por Francisco Nahuel Romero.