Yésica Bopp, toda una vida arriba del ring

En reiteradas oportunidades diversas personalidades del mundo del boxeo  han remarcado que existe un gran número de boxeadores pero no así en el ámbito femenino. […]

En reiteradas oportunidades diversas personalidades del mundo del boxeo  han remarcado que existe un gran número de boxeadores pero no así en el ámbito femenino. Por este motivo, se reconoce aún más lo conseguido por aquellas que logran destacarse por sobre las demás. Ese es el caso de Yésica Bopp. Con sólo 1.50 metros de altura y con un peso de 48kg. ha sorteado todo tipo de dificultades para coronarse como campeona mundial en la categoría minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). En una charla con Pirámide Invertida, compartió toda su experiencia en el ambiente.

Aunque hoy es reconocida, en sus comienzos tuvo que enfrentarse a su familia debido a que consideraban al boxeo como un deporte no apto para mujeres. «Al principio no fue fácil; creían que iba a volver toda lastimada», recordó. No obstante el tiempo pasó rápidamente y sus costumbres fueron cambiando de tal manera que provocó el cambio de parecer de todo su entorno.

El Mundial de Rusia y el de India fueron dos momentos que marcaron la historia en la vida deportiva de Bopp. En ambos casos consiguió estar en el podio. En el primero logró la medalla de bronce mientras que en el segundo se llevó la medalla de plata. «Fue lo más. Era el momento en donde el boxeo femenino recién comenzaba en los Mundiales y debíamos plantar bandera», expresó. Conseguir el segundo lugar en India significó un hito en su carrera: «El resultado fue lo de menos; me sentí la campeona mundial porque vimos todo el proceso y el haber representado al país, sumado a que trajimos la medalla, fue algo increíble».

Los títulos de la campeona argentina. (Foto: TyC Sports)

Por otro lado, teniendo en cuenta su progreso en el boxeo como también los resultados positivos, en 2007 recibió el Firpo de Oro, convirtiéndose en la primera mujer en conseguirlo. Dicha distinción fue entregada por la Unión de Periodistas de Boxeo (UPERBOX) y es un galardón que destaca al mejor pugilista del año. Ante tal reconocimiento, Yésica mencionó que «marcó la historia en mi carrera. Ese fue un antes y un después, teniendo en cuenta que lo gané como amateur».

A la hora del recuerdo también aparecen momentos tristes. Y uno fue su primera derrota, luego de encontrarse invicta durante un largo tiempo. Su rival fue Jessica «Kika» Chávez, quien la venció por decisión unánime en el 2013. Si bien no peligraron sus títulos, la oriunda de Wilde confesó que en esa pelea conoció todo lo que rodea al mundo del boxeo: la política, los manejos y un determinado entorno que la terminó desilusionando. «No perdí por paliza ni porque me haya pegado sino porque no me sentía parte de ese circo», añadió.

Al mismo tiempo, detrás de una gran boxeadora y campeona mundial, existe una vida ajena a lo deportivo. En este contexto, Yésica se alejó del cuadrilátero durante dos años para convertirse en mamá y, también, para continuar con su carrera universitaria. Pero la pasión por el deporte siguió intacta y aprovechó ese lapso para organizar torneos y formar parte en las peleas de sus compañeros. Si bien no podía entrenar, en todo momento se encontró ligada al boxeo. Hoy, de hecho, está por abrir su propio gimnasio en Avellaneda. ¿Y el ring? Descartó un hipotético retiro:  «Lo dejaré el día en que lo empiece a sufrir».

Por Lucas Cerrotta