La vida de un chico que dejó la delincuencia por el lápiz y el papel

César González nació y se crió en la villa Carlos Gardel (Moron), como el mayor de ocho hermanos. Inmerso en las drogas y la delincuencia, […]

César González nació y se crió en la villa Carlos Gardel (Moron), como el mayor de ocho hermanos. Inmerso en las drogas y la delincuencia, César vivió gran parte de su vida en reformatorios, institutos de menores y cárceles.

Pero en 2007, cuando ingresó en el instituto Agote por ser cómplice de un secuestro extorsivo, su vida tomó otro sentido: en aquel instituto conoció a  Patricio Montesano, un educador que le habló de revolucionarios como “el Che” y escritores como Eduardo Galeano y Rodolfo Walsh. Entonces, César, al leer a estos autores, se lanzó a escribir poesías sobre sus frustraciones, experiencias y la vida en la calle.

En la biblioteca del instituto Agote creó su propia revista: “¿Todo piola?”, la cual sale bimestralmente junto a poemas y experiencias de chicos encerrados en varios institutos y talleres de lectura en las villas. Asimismo, después de salir del Agote dejó los malos hábitos y se anotó en la UBA para estudiar la carrera de filosofía.

Luego de su inserción en el mundo universitario, César fue por más y en 2010 publicó su primer libro, llamado “La venganza del cordero atado”, en el cual incluye varios poemas que escribió estando encerrado. A partir de ahí dejó de llamarse César González para convertirse en Camilo Blajaquis, un seudónimo que hace referencia a Camilo Cienfuegos, revolucionario cubano y compañero del “Che» Guevara, y Domingo Blajaquis por el militante sindical asesinado en Avellaneda en 1966; hecho relatado en el libro “¿Quién mató a Rosendo?”, de Rodolfo Walsh.

Por otro lado, pero siguiendo la misma línea, en 2011 presentó su segundo libro, “Crónica de una libertad condicional”. A diferencia de su primera obra, éste nos cuenta a través de poemas cómo fue la salida por libertad condicional, la vuelta a la villa y las constantes tentaciones a las drogas y el robo.

Ya en 2012 se animó a conducir su propio programa de televisión en el canal Encuentro, llamado “Alegría y dignidad”. Fueron ocho capítulos en los que entra en las villas de emergencia para demostrar las actividades que se desarrollan allí para sacar a los chicos de las calles. También se atrevió a grabar varios cortometrajes. «El cuento de la buena pipa», «Mundo aparte», «Condicional», «Guachines» y «Truco».

Cartel de su segunda película

Pero fue en 2013 cuando estrenó su primera película, “Diagnóstico esperanza”, y un año más tarde, “¿Qué puede un cuerpo?”, seguido de “Atenas” y “Exomologesis”.

Es difícil definir a César González. Este chico es el resultado de que los libros son más poderosos que las armas, y que un pibe que piensa es más peligroso que uno que roba. Todo esto es César, o mejor dicho Camilo Blajaquis.

Francisco Nahuel Romero