La original propuesta del mate cultural

Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, una de las más grandes de Latinoamérica. Como toda ciudad con diversidad cultural, manifiesta en sus habitantes la curiosidad […]

Buenos Aires es una ciudad cosmopolita, una de las más grandes de Latinoamérica. Como toda ciudad con diversidad cultural, manifiesta en sus habitantes la curiosidad por aprender de su multiculturalidad. Es bajo esta iniciativa que nace el «Mate Club de Conversación» como un espacio de intercambio de idiomas, inglés y español, entre nativos. “Es un encuentro grupal, dinámico y entretenido, donde encaramos distintos temas de interés real, situaciones cotidianas, laborales, de estudio y todas aquellas cosas que surjan del encuentro entre culturas diferentes y de los intereses de los habituales concurrentes”, comentó Nahuel Trípodi, creador del Club en 2012. “Practicar inglés y español con gente de todas partes del mundo mientras compartimos una merienda bien argentina, mate, tostadas y dulce de leche”, agregó.

Al principio se reunían todas las semanas en San Telmo, en Estados Unidos 425; de ahí han pasado a tener tres encuentros semanales, los martes, jueves y sábados de 18:30  a 20 horas, en otra dirección: Uruguay 862. Y año tras año este encuentro de 90 minutos se ha ido popularizando y creciendo con la publicidad de boca en boca, a la vez que se ha constituido como un valorado espacio para practicar idiomas. Para los extranjeros que visitan Buenos Aires, las actividades del Mate Club son muy recomendadas por distintos hostels, academias de español y aplicaciones de turismo para que puedan aprender de la cultura y practicar un idioma ajeno al suyo a través de la conversación sobre diferentes temas de interés.

La dinámica del encuentro hace que la hora y media sea muy entretenida. Hay un equipo organizador que propone un disparador de diálogo y éste es discutido alternativamente en idioma inglés y español. Y para que todos puedan participar, se organizan en grupos de cuatro integrantes, formados por personas de habla inglesa y española que rotan a la mitad del encuentro para poder conocer más personas y que sea algo más fluido. Esto también permite que dentro de cada grupo se generen nuevos diálogos; por ejemplo, se puede comenzar a hablar de deportes y terminar conversando sobre una película o lugares exóticos que alguien ha visitado. También se organizan juegos para que la práctica de idiomas sea divertida y se generen vínculos muy interesantes entre los asistentes. La gran concurrencia permite conocer gente de todo el mundo, sus costumbres, deseos, intereses y motivaciones; aprender expresiones locales y cotidianas, de la gente común, que no aparecen en los libros de estudio formal.

“Me encanta la posibilidad de interactuar con nativos de habla inglesa y con un mate de por medio. Intercambiando anécdotas, expresiones y experiencias de vida,” declaró Roberto uno de los asistentes del sábado. Tyler, estadounidense de Carolina del Norte, muy gracioso y con un español muy básico -sin embargo lo entendía bien-, manifestó: “Hay mucha gente, muy buena y con energía, que me permite impulsar mi nivel de español a los límites, y también me agrada poder ayudar a otros a practicar su inglés.” Si bien la mayoría de los asistentes eran hombres, también había varias chicas; Laura, de Buenos Aires, era una de ellas y al resto de comentarios positivos sobre el Mate Club agregó: “Tomamos unos ricos mates en buena compañía para aprender idiomas en un ambiente muy ameno y con la mejor onda. La hora y media se pasa volando”.

Sin dudas, el Mate Club de Conversación ya es algo instalado en la agenda de aquellos interesados en la práctica de idiomas, porque se aleja del convencionalismo de una clase y lleva a la realidad de un diálogo con personas que buscan lo mismo. Y además, el mate, como emblema, permite que no sólo exista un intercambio cultural sino también una transmisión de valores como la amistad y el el deseo de compartir.

Por Juan Carlos Pohl