James Cameron escribió, produjo y dirigió Avatar, una película que marcó un antes y un después en la historia del cine moderno. Lanzada en 2009, es un film épico de ciencia ficción, que se ubica temporalmente en el siglo 22, con una narrativa que sitúa a los humanos como colonizadores de Pandora, una luna habitada por los Na’vi, la tribu local.
Si bien se materializó sobre el final de la primera década del nuevo siglo, Cameron dio inicio al proceso Avatar mucho tiempo atrás. En 1994, con 40 años y gracias a la inspiración en ciertas lecturas del género, escribió más de 80 páginas de guión que funcionaron como puntapié del futuro éxito. En él, aparecieron las primeras pinceladas del particular universo, con sus personajes y escenarios.
Definitivamente, fue un adelantado a sus tiempos, porque tuvo que aguardar mucho tiempo para trabajar con las herramientas tecnológicas necesarias para su idea y, por ende, para llevar al set lo que había redactado. De hecho, su plan inicial apuntaba a comenzar las producciones en 1997 y a ser estrenada en el ‘99, a menos de 3 años de Titanic, otro de los hits históricos del en su carrera.
De forma oficial, la producción del Project 880 (el nombre previo a su formación) empezó en 2005, con el trabajo minucioso sobre los Na’vi y Pandora. Paul Frommer, un profesor de Comunicación en la USC (Universidad del Sur de California), fue buscado específicamente por Cameron para desarrollar el lenguaje de la tribu, que constó de -alrededor de- 1000 palabras y de un hilado muy fino de cada detalle fonético y morfológico, para que no solo represente una nueva forma de comunicación, sino que también tenga sentido.
Pandora es el nombre de un satélite de Saturno, descubierto en 1980, que integra el Sistema Solar. El nombre del planeta ficticio está inspirado en él, con la diferencia de que se ubica narrativamente en el sistema de Alpha Centauri, el más cercano al Sistema Solar, donde se encuentra la Tierra. Para su creación, Cameron se inspiró en unos montes chinos, viajó por el Amazonas y se rodeó de un grupo de diseñadores que, también, filmó las dependencias de una plataforma de perforación en el Golfo de México.
En abril de 2007, comenzaron las grabaciones con el elenco seleccionado y a partir de una incesante preparación técnica. “Esta película es un verdadero híbrido, porque es un live-action en su totalidad, con personajes de CG (Generados por Computadora) y ambientes reales y de CG. La idea es que, al final del día, la audiencia no sepa a cual están mirando”, declaró James Cameron, en enero de ese mismo año, según The New York Times.
Según Hollywood Reporter, el mismo día también sentenció: “Vamos a dejarlos boquiabiertos de una forma que no han visto en mucho tiempo. Mi objetivo es revivir los momentos místicos que sentimos los de mi generación cuando vimos por primera vez 2001: Una odisea del espacio o cuando los de la siguiente vieron Star Wars. Me tomó 10 años encontrar algo lo suficientemente difícil como para que sea interesante”.
Con la colaboración de Vince Pace, el ideólogo creó una cámara digital de alta definición, compuesta por dos cámaras Sony HDCF950 que funcionaron de manera independiente para generar el efecto 3D. Desde Fox, la empresa encargada de la película, confesaron que iba a filmarse en 24 frames por segundo, cifra que no conformaba a Cameron, aunque le pareció interesante…
Avatar fue estrenada el 18 de diciembre de 2009 y, gracias a una recaudación que superó los 2900 millones de dólares, se transformó en la película más taquillera de todos los tiempos, un récord que mantiene a día de hoy. Los casi US$250.000.000 del presupuesto inicial fueron recuperados con soltura y el margen de ganancia fue abismal.
En los Oscars de 2010, se consagró como la 2º película con más premiaciones de la ceremonia, únicamente detrás de The Hurt Locker (Vivir al Límite). Se quedó con los premios a la Mejor Dirección Artística, a la Mejor Fotografía y, por supuesto, a los Mejores Efectos Visuales.
Federico Spina Llaneza
