Conmoción en Belgrano por el cierre inesperado de un histórico colegio privado

El Instituto San Vicente anunció que cerrará sus puertas al finalizar el ciclo lectivo 2025; las autoridades atribuyen la decisión a una crisis económica, mientras que docentes y familias denuncian falta de diálogo.

Apoyo a Instituto San Vicente
Apoyo a Instituto San Vicente

La comunidad educativa de Belgrano atraviesa días de conmoción tras conocerse la decisión de cerrar el Instituto San Vicente, un tradicional colegio privado con más de cincuenta años de historia en el barrio. El anuncio fue realizado durante una reunión convocada de urgencia, en la que directivos y representantes legales informaron que el establecimiento no continuará sus actividades en 2026 debido a “dificultades económicas insostenibles”.

La noticia tomó por sorpresa a docentes, alumnos y padres, que hasta hace pocas semanas habían abonado las inscripciones para el próximo ciclo lectivo. Según fuentes del colegio, la determinación responde a una crisis financiera prolongada, agravada por la caída de la matrícula en los niveles iniciales y por el aumento de los costos de mantenimiento, salarios y servicios.

En un comunicado difundido horas después, la conducción del instituto señaló que “pese a los esfuerzos por sostener la actividad educativa, los números actuales impiden garantizar la continuidad de un proyecto con las condiciones que la comunidad merece”. El texto agrega que se buscará “cumplir con todas las obligaciones legales y laborales correspondientes”.

Sin embargo, la explicación no calmó los ánimos. Un grupo numeroso de familias se concentró frente al edificio ubicado sobre la calle Mendoza para reclamar una instancia de diálogo que permita evitar el cierre. “Nos enteramos de un día para otro, sin ningún aviso previo. Es una falta de respeto hacia quienes apostamos por esta escuela durante años”, sostuvo Verónica P., madre de dos alumnos.

Entre los docentes también predomina la frustración. Muchos aseguran que existían alternativas viables para mantener la institución abierta, como un plan de cooperadora ampliada o un esquema de gestión compartida con los padres. “Nunca se nos permitió participar ni conocer en detalle la situación económica. Todo se resolvió a puertas cerradas”, expresó una profesora con más de dos décadas de antigüedad.

El impacto se extiende más allá del ámbito educativo. Vecinos del barrio destacan el valor histórico del colegio, fundado a fines de la década de 1960 por una congregación religiosa. Durante años fue un referente en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires, conocido por su orientación humanista y su vínculo con la comunidad parroquial. “Aquí estudiaron generaciones enteras. Su cierre deja un vacío simbólico”, lamentó un exalumno.

Desde el Ministerio de Educación porteño confirmaron que fueron notificados formalmente del caso y que implementarán un plan de acompañamiento para los estudiantes afectados. “Se garantizará la reubicación de los alumnos en instituciones cercanas y se brindará asesoramiento a las familias”, indicaron fuentes oficiales. No obstante, admiten que la demanda de vacantes en Belgrano es alta y que la transición no será sencilla.

El caso del Instituto San Vicente se suma a una tendencia que preocupa en el sector: el cierre de escuelas privadas medianas que no logran sostenerse ante la inflación, la baja en las inscripciones y el aumento de los costos fijos. Según datos de asociaciones educativas, en los últimos cinco años cerraron más de 40 establecimientos de similares características en el Área Metropolitana.

Mientras tanto, las clases continúan en un clima de incertidumbre. Los estudiantes intentan mantener la rutina, aunque en los pasillos se mezclan la tristeza y el desconcierto. “Es difícil enseñar sabiendo que este puede ser el último año del colegio”, reconoció una maestra.

Los padres, por su parte, preparan una presentación ante las autoridades de la congregación para solicitar que se reconsidere la medida o se permita una transición ordenada. “No pedimos milagros, solo tiempo para buscar una salida”, señalaron en un comunicado.

El futuro del histórico edificio y del proyecto educativo que albergó por más de medio siglo sigue siendo incierto. Pero entre la indignación y la nostalgia, la comunidad del San Vicente insiste en una misma idea: que el cierre no sea definitivo, y que el esfuerzo conjunto logre preservar al menos parte de su legado.

Santiago Abraldes, 2° A TT