El Turismo Carretera es la categoría símbolo del automovilismo argentino. Fue creada en 1937, bajo el nombre de Campeonato Argentino de Velocidad. En 2009 entró al Libro Guinness por ser el campeonato de automovilismo más antiguo vigente en el mundo con 88 años de historia.
Todo arrancó con audaces pilotos que con escasos recursos económicos el 5 de agosto le dieron inicio a su apasionante historia. Recorriendo el primer gran premio atravesando las provincias argentinas por caminos inexistentes, a bordo de automóviles de serie armados con esfuerzo y dedicación, en varios casos por los mismos pilotos. Esos senderos que transitaban se transformaron en caminos y luego en rutas.
Con el nacimiento de esta nueva expresión automovilística, llegaron rivalidades que marcaron la historia del deporte y grandes clásicos al estilo River-Boca entre las marcas de autos, con seguidores a lo largo y ancho del país.
Los grandes duelos del TC son una parte fundamental de su historia y tradición. Hubo duelos emblemáticos que forjaron su tradición y arraigo popular.
En 1940 y 1941, Juan Manuel Fangio logró las coronas. En esos años comenzó la histórica rivalidad entre Ford y Chevrolet, acompañada por la primera gran disputa entre pilotos: Oscar y Juan Gálvez por el lado de Ford, y el “Chueco de Balcarce” como emblema de Chevrolet. Los hermanos Gálvez, ambos ídolos, pelearon durante años por la cima del TC. Juan fue el más ganador, con 9 títulos, mientras Oscar fue el primero en consagrarse y obtener reconocimiento internacional. Sus duelos eran intensos y con una fuerte dosis de respeto mutuo.
Otro duelo histórico fue el de Roberto “Pincho” Castellano y Roberto Mouras. Lo que ofrecieron hace más de tres décadas no ha sido igualado. Ambos corrieron con Dodge, que era la marca de referencia de la categoría en aquel momento. Los dos fueron tricampeones: Mouras en 1983, 1984 y 1985; Castellano en 1987, 1988 y 1989, este último título, ya con Ford.
Entre los 70 y 80 apareció en escena el “Flaco” Juan María Traverso, quien tendría en esa época grandes duelos primero con Mouras y luego con Castellanos, cuando las carreras eran más en autódromos que en las carreteras.
El 16 de febrero de 1997 la categoría corrió su última carrera en caminos abiertos. Fue un cambio duro, pero necesario para preservar a los pilotos y acompañantes ante el desarrollo de autos cada vez más rápidos, ese avance no fue de la mano con la seguridad de los trazados semipermanentes.
Correr en la ruta no era para cualquiera, ya que se volvían cada vez más peligrosos debido a la falta de medidas de seguridad y a un público que, en ocasiones, no fue controlado como correspondía.
“El TC de los años 80 era más amateur. Todavía se usaba un auto de calle y no un prototipo como ahora. Era mucho más accesible y por eso había tantos coches (llegó a haber más de 70 por carrera). Se corría mucho en la provincia de Buenos Aires y eso ayudaba a que los presupuestos no se dispararan. Podías llevar el coche en un remolque y era pasar un hermoso fin de semana con amigos y con la gente que te iba a ver”, describe Castellanos.
En lo que va del siglo XXI, las rivalidades clásicas entre marcas se han mantenido vigentes. Uno de los duelos más recordados es el de Guillermo Ortelli (Chevrolet) vs. Omar Martínez (Ford), una competencia pareja, profesional y apasionante. Este enfrentamiento marcó una era contemporánea del TC, con fanáticos divididos entre “El Guille” y “El Gurí”.
En la actualidad, Agustín Canapino, múltiple campeón con Chevrolet, y Mariano Werner, referente de Ford, dominan el campeonato desde hace años. Sus enfrentamientos técnicos, tácticos y muy competitivos representan a la nueva generación del clásico Ford vs. Chevrolet.
Laura Jazmin Vidal, 2°A, Turno Tarde