El Etchart fue una caldera y Lezcano encendió la leyenda 

Con un triple desde su propio aro en el último segundo, el base tucumano le dio a Ferro una victoria inolvidable sobre Boca en el tercer juego de los cuartos de final de la Liga Nacional; Ginóbili lo vio y no lo pudo creer.

En el deporte hay instantes que desafían la lógica, que se transforman en leyenda apenas ocurren. Y eso fue lo que pasó en la noche del miércoles en el estadio Héctor Etchart. Con el partido empatado en 73, en el último segundo de juego, Emiliano Lezcano tomó el balón debajo de su propio aro y lanzó un triple desde casi 25 metros que entró limpio, haciendo delirar a los hinchas de Ferro Carril Oeste. Fue el cierre de una historia inolvidable: victoria 76-73 sobre Boca Juniors, ventaja de 2-1 en la serie de cuartos de final de la Liga Nacional de Básquet, y una jugada que ya forma parte del archivo eterno del deporte argentino.

Lezcano, base tucumano de 24 años, no solo fue el autor de ese tiro antológico. También fue la figura del encuentro con 23 puntos, 6 rebotes y 2 asistencias. A falta de pocos segundos, había igualado el marcador con una penetración precisa, y en la última jugada, tras un intento fallido de Boca, capturó el rebote defensivo y lanzó sin dudar. La pelota voló como si el destino la empujara. Cuando atravesó la red, el reloj ya estaba en cero y el estadio explotó. Un final cinematográfico.

La reacción fue inmediata. El video se viralizó en redes sociales, fue replicado por medios nacionales e internacionales, y provocó el asombro incluso de figuras consagradas. Emanuel Ginóbili, el mejor jugador de básquet argentino de todos los tiempos, compartió la jugada desde su cuenta de X (antes Twitter) y escribió: “¡Increíble final! No creo haber visto nunca algo similar”. La jugada, con su validación, tomó una dimensión global.

El triunfo tiene un peso doble para Ferro. Por un lado, le permitió dar vuelta la serie frente a uno de los favoritos y quedar a un paso de las semifinales, con el aliento de una hinchada que ya empezó a soñar. Por otro lado, lo ocurrido pone al equipo de Caballito nuevamente en el centro de la escena del básquet nacional, con una jugada que quedará en la memoria colectiva.

Para Emiliano Lezcano, la noche del miércoles significa mucho más que un buen partido. Representa la confirmación de un camino recorrido con esfuerzo, lejos de los flashes. Nacido en San Miguel de Tucumán, Lezcano atravesó el proceso formativo en distintos clubes y llegó a la Liga Nacional sin demasiados titulares. Pero su crecimiento sostenido lo convirtió en un jugador clave en este Ferro 2025.

«Lo vi claro. Vi que quedaba poco tiempo y tiré. Nunca imaginé que iba a entrar, pero confié. Fue todo muy rápido», dijo Lezcano minutos después del partido, todavía con la adrenalina en la piel. Esa precisión lo convirtió en el nombre del momento.

Por Vanina González Villalba, 2°A TN