Guerra de Malvinas: el conmovedor recuerdo de un veterano

Daniel Sarti, veterano de la Guerra de Malvinas y actual jubilado, a 43 años de lo sucedido recuerda a sus compañeros que no volvieron.

Malvinas
Foto tomada por la revista Gente donde sale Daniel Sarti en Malvinas.

Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra memoria significa tener la capacidad de recordar sucesos que transcurrieron en el pasado. Según los psicólogos Richard Atkinson y Richard Shiffrin, hay tres sistemas de memoria que interactúan entre sí: la sensorial capta información sobre el entorno en un tiempo muy breve, está directamente ligada a los sentidos; la memoria a corto plazo organiza, analiza e interpreta los datos; la memoria a largo plazo almacena información de forma permanente, contiene hechos pasados, aprendizajes significativos y recuerdos personales.

Hay recuerdos que no se borran nunca del inconsciente. Permanecen allí, tatuados en la memoria, para bien o para mal. Se repiten en secuencia, sin dejarte dormir. Hace 40 años, la vida de Daniel Sarti dio un giro inesperadamente esperado. No era el primer joven que corría con la poca suerte de recibir la fatídica carta, la que lo enviaba a la Guerra de Malvinas.

Tenía 18 años. 

Estaba aterrado, él sabía que su deber era pelear por el país que amaba, pero la incertidumbre de no volver lo aterraba. Con sentimientos encontrados, se despidió de su hermana Mónica y de quien se convertiría en el amor de su vida, Gladys. El viaje no fue directamente a Malvinas, primero hicieron una pequeña parada en Palomar. Pero el día de pisar esas tierras tan nuestras como despojadas llegó.

«Las expectativas eran demasiadas, todos querían conocer el pedazo de tierra del que tanto se hablaba en el colegio. El lugar era frío y muy ventoso, pero era espléndido. Todavía no habíamos entrado en batalla, así que los días y noches eran bastante tranquilos, estábamos siempre en guardia. Preparando posiciones por cualquier cosa que pudiera suceder», rememora Daniel. 

Hay recuerdos que nunca se borran. Daniel tiene grabada la fecha en la que el combate comenzó. La tranquilidad reinaba solo entre los muertos, porque los adolescentes argentinos que se encontraban peleando no tenían lugar ni para el descanso, eran bombardeados en todo momento.

Cosas tan banales como descansar o comer resultaban utópicas entre los jóvenes. A veces recibían enlatados, a veces ni siquiera llegaba la comida. 

Daniel pasó su cumpleaños en Malvinas, lejos de todos. Sus compañeros le hicieron un asado de oveja y le regalaron un paquete de cigarrillos. 

Lejos de todos.

Para los 70 días de Daniel en Malvinas, le hicieron llegar tres cartas y tres encomiendas de su familia. 

La vuelta no fue la esperada. Prisioneros en un barco, llegaron a Buenos Aires por la noche. Nadie sabía que volvían. Nadie los esperaba. Nadie los recibió. 

Luego de meses de incertidumbre, la familia y amigos del excombatiente se encontraban felices de tenerlo de vuelta y físicamente entero, sin darse cuenta de la guerra interna que estaba atravesando.

Las noches no volvieron a ser las mismas. Las pesadillas lo atormentaban a cada segundo, en cada deseo de dormir. 

“Nada volvió a ser lo mismo después de Malvinas, pero, si hoy me preguntás si tuve suerte, yo te digo que sí”, reflexiona.

A lo largo de los años no hubo ningún gobierno que estuviera completamente presente con los ex combatientes de Malvinas. Sin embargo, todo empeoró con el desamparo económico que sufren los jubilados con la actual administración.

Daniel sigue trabajando a pesar de estar jubilado y mantiene su casa y a su familia. Su mujer, Gladys, la misma que lo despidió sin saber si lo volvería a ver, jubilada también, lo apoya y lo acompaña. A pesar de su historia, ellos la pelean día a día para salir adelante.

“En Malvinas quedaron Julio Rubén Cabo, Andrés Folch y Jorge Estoria”, recuerda Daniel, con sentimiento, a sus amigos perdidos. 

Según el diccionario de la Real Academia Española, el verbo olvidar significa dejar de retener algo o a alguien, dejar de tener en cuenta algo. El ejercicio de recordar no siempre es grato, a veces duele y nos genera molestia. Pero olvidar es la peor forma de matar a alguien, o a algo. Por eso no debemos dejar morir el recuerdo de Malvinas.

 

Luna Debra Leszkiewicz – 2°B Turno Mañana