Entre el 7 y el 10 de mayo se realizó el Campeonato Argentino de Natación en el Parque Olímpico de Buenos Aires. Y un día antes de que terminara la competencia ocurrió un accidente lamentable y lo que parecía ser una jornada llena de deporte como lo habían sido los días anteriores, finalizó de la peor manera: con una desgracia deportiva que cambió la vida de Matías Bottini y su familia para siempre.
En las horas posteriores a dicho accidente, el deportista se realizó una operación de casi cuatro horas en el Hospital Italiano de Buenos Aires y su proceso de recuperación comenzó a partir de ese momento. Su padre habló luego de la operación: «Lo pudimos ver un ratito, estuvo cuatro horas en cirugía, intubado y sedado. Cuando entramos abrió los ojos y respondió con estímulos a nuestras voces. Lo van a empezar a despertar, lo van a extubar y va a poder empezar a hablar». También habló de lo que vendría a futuro: “Esta fue la primera operación, el camino a recorrer es muy largo y tenemos esperanzas de que pueda mover los brazos, pero el médico no nos dio esperanzas de los miembros inferiores». Y agregó que «me hablan de dos años de recuperación en Buenos Aires».
Después de días duros en el hospital, su madre también habló y en diálogo con distintos medios contó como seguía la salud de su hijo. «Nos dijeron que no hay posibilidad de que vuelva a caminar pero sabemos que todo depende del cuerpo de cada uno, no sabemos cómo va a responder neurológicamente ante una lesión grave, ponemos toda la la esperanza en la fe”, expresó.
Luego de conocer la noticia de que su hijo no volverá a caminar, su padre, Luciano, volvió a hablar y le contó al diario Clarín más detalles de la internación que el joven tuvo en el Italiano. «Cuando yo llegué acá a Buenos Aires, Matías me dijo ‘papi, casi me ahogo’, porque quedó sin poder moverse abajo del agua. Con suerte lo pudieron sacar». recordó.
Además, habló de como sigue su recuperación: «Él ahora vuelve a entrar en la realidad, los brazos los está moviendo. Obviamente, los movimientos no son como los de una persona normal. Los daños están. Los médicos confían en que la parte motriz de los brazos se recupere».
Hace unos días, y luego de meses difíciles en el hospital pasando por un proceso de recuperación, Matias finalmente pudo brindar detalles a los medios sobre lo que realiza día a día para estar mejor: «Son dos turnos, uno a la tarde y otro a la mañana. Consiste en terapia física con kinesiología y ejercicios en el gimnasio y terapia ocupacional, que son ejercicios más terapéuticos y destinados a la motricidad fina en el tronco superior». Sobre su avance físico y su fortaleza mental, expresó: «Es un proceso muy duro y tengo mis días. En algunos estoy mejor y en otros peor anímicamente. Se va sobrellevando».
«Me siento mejor, estoy trabajando en la recuperación. Hay días en los que se avanza y otros en los que se está más estancado. Se trata de un proceso lento, los brazos los puedo mover hace un tiempo. Un par de días atrás, empecé a mover algunos dedos de la mano derecha. La sensibilidad regresa lentamente. Puedo mover el cuello y la parte superior de los pectorales, pero de ahí para abajo no tengo control», contó. Además, agregó: «Tengo sensaciones en los pies y la parte posterior de las piernas, aunque no llega a ser normal, son hormigueos».
Para llenarse de fuerzas en este difícil momento que le toca vivir, Matías contó que muchos de sus ídolos deportivos le mandaron mensajes de aliento. «Muchos futbolistas me mandaron videos alentándome. Fue muy lindo. Giovanni Lo Celso, Ángel Di María y jugadores de River como Franco Armani o más históricos como Burrito Ortega y el Chori Domínguez”, relató.
Con respecto a volver a nadar, expresó: «Hay piletas para hacer hidroterapia, están trabajando en esto para que yo algún día esté preparado para volver al agua».
Matías, con ayuda de un equipo de salud mental, psicólogia y psiquiatría, además de estar acompañado siempre por el amor de su familia, se muestra claramente golpeado por el accidente pero no abandona el sueño de poder volver a nadar en algún momento de su vida.
Florencia Russo, 2°A, Turno tarde