El mexicano Saúl “Canelo” Álvarez y el cubano William Scull protagonizaron el sábado 3 de mayo una esperada pelea por la unificación de los títulos supermedianos en el Kingdom Arena de Riad, Arabia Saudita. Lo que en la previa se anunciaba como un combate histórico terminó dejando una sensación de decepción generalizada entre fanáticos, especialistas y referentes del boxeo, generando una ola de repercusiones que aún continúan resonando.
En los doce asaltos, ambos boxeadores lanzaron un total de apenas 445 golpes, una cifra que representa el número más bajo registrado por el sistema CompuBox desde que comenzó a recopilar estadísticas hace más de 40 años. Canelo lanzó solo 152 golpes (56 conectados), mientras que Scull lanzó 293 (55 conectados). El resultado fue una pelea extremadamente pasiva, sin ritmo ni momentos de tensión, que terminó siendo abucheada tanto por los asistentes en Arabia como por millones de fanáticos en todo el mundo.
Las críticas no tardaron en aparecer. Uno de los primeros en manifestarse fue Oscar De La Hoya, histórico rival de Canelo en lo extradeportivo, quien cuestionó duramente al mexicano por no haber brindado un espectáculo a la altura de lo que se esperaba: “Los boxeadores hoy en día se preocupan más por el cheque que por dejar legado. Lo de Canelo fue una falta de respeto para los fanáticos y para quienes pagaron la pelea”, sentenció.
Incluso el exboxeador británico Amir Khan, quien enfrentó a Canelo en 2016, opinó que vio ganar a Scull por dos asaltos, en un análisis que fue tomado con sorpresa y hasta con burla en redes sociales. La percepción general, no obstante, fue que Canelo hizo lo justo y necesario para quedarse con la victoria, aunque sin deslumbrar ni correr riesgos.
Otro punto que generó controversia fue el horario del combate. La pelea se llevó a cabo a las 6 de la mañana hora local, buscando coincidir con el horario prime time de Estados Unidos y México. Como consecuencia, la arena lució semivacía y sin ambiente, lo cual también afectó la energía del evento y la motivación de los boxeadores.
En términos deportivos, la victoria de Canelo le permitió convertirse nuevamente en campeón indiscutido de los supermedianos, recuperando el cetro de la FIB y reforzando su estatus de leyenda viviente del boxeo. Con un récord de 63 victorias (39 por KO), 2 derrotas y 2 empates, el tapatío sigue agrandando su legado, aunque algunos cuestionan si su prime ya ha quedado atrás.
En cuanto al futuro, la noticia más resonante es la confirmación de su próxima pelea: Canelo enfrentará a Terence “Bud” Crawford el 12 de septiembre en el Allegiant Stadium de Las Vegas. Crawford, campeón mundial en tres divisiones y actual indiscutido del peso wélter, intentará hacer historia convirtiéndose en el primer boxeador en lograr la triple unificación desde la inclusión de la OMB como organismo principal.
Por el lado de William Scull, la derrota marcó su primera caída como profesional. Su estilo defensivo, aunque efectivo en evitar castigo, no le alcanzó para convencer a los jueces ni al público. A pesar de haber perdido su invicto, Scull sigue siendo joven y podría mantenerse como un contendiente relevante si logra corregir ciertos aspectos. La falta de agresividad fue uno de los puntos más criticados de su desempeño, y si quiere volver a pelear por un título, deberá mostrar una versión más ofensiva.
En resumen, la pelea entre Canelo Álvarez y William Scull fue significativa no por su espectáculo, sino por lo que generó después. La falta de emoción, el desinterés de los boxeadores por arriesgar, el ambiente frío y las críticas post pelea dejaron una mancha en la cartelera de Riad. Sin embargo, Canelo sigue en lo más alto del boxeo mundial y ya apunta al que podría ser uno de los mayores desafíos de su carrera.
Para Scull, esta fue una gran vitrina, pero también una oportunidad desperdiciada. Habrá que ver cómo responde en el futuro, pero el boxeo no perdona el aburrimiento. Los fanáticos, al fin y al cabo, quieren emoción, riesgo y pasión. Y eso fue lo que faltó aquella mañana en Arabia.
Emmanuel Mamani, 2° A, turno tarde