Cerúndolo ratificó su racha ante Zverev, el número 2 del mundo

El argentino volvió a dejarlo en el camino con una actuación contundente en el Masters 1000 de Madrid. Ya van tres triunfos seguidos ante el alemán, y cada vez suena menos a casualidad y más a dominio.

Entre Buenos Aires a Madrid hay muchas cosas en común: el idioma, la pasión por el deporte, la buena comida… Y ahora también, las victorias de Francisco Cerúndolo sobre Alexander Zverev. Porque sí, otra vez el argentino volvió a bajarlo del torneo, como si fuera algo de todos los días, como si ganarle al número 2 del mundo ya fuera parte de su rutina.

Cerúndolo lo hizo de nuevo. Con un tenis sólido, enfocado y sin errores que lo hagan quedar expuesto , derrotó al alemán por 7-5 y 6-3 en una hora y media y se metió entre los ocho mejores del Masters 1000 de Madrid. No es casualidad: es la tercera vez que le gana. Y eso empieza a dejar de ser sorpresa para convertirse en un patrón.

Con 26 años y cada vez más asentado en el circuito, “Cisco” está atravesando uno de los mejores momentos de su carrera. Su ranking no refleja del todo lo que está jugando. En esta edición del torneo madrileño demostró que puede competirle y ganarle a cualquiera. Y no solo por el resultado: lo hizo con cabeza fría, temple y buen juego.

El primer set fue muy parejo. Zverev sacaba bien, dominaba con su derecha y parecía tener todo bajo control. Pero Cerúndolo fue paciente, lo estudió, y cuando el reloj marcaba el 5-6, apretó el acelerador. En ese game clave, rompió el saque del alemán y se llevó el parcial. Un golpe de nocaut psicológico que se sintió.

En la segunda manga, el argentino siguió con la misma fórmula: concentración, agresividad medida y una lectura perfecta de los puntos importantes. Quebró temprano, confirmó el quiebre y no miró para atrás. Zverev, cada vez más frustrado, empezó a fallar. Cerúndolo, tranquilo, no le dio ni un mínimo de respiro.

Este nuevo triunfo lo pone 3-0 en el historial contra el alemán. No hay casualidad cuando pasa tres veces. Algunos le dicen “paternidad deportiva”, otros prefieren hablar de estilo de juego incómodo. La realidad es que Cerúndolo se siente cómodo jugando contra Zverev, lo entiende, lo neutraliza, lo supera.

Y como si el partido no tuviera ya condimentos suficientes, hay que sumar lo que pasó fuera de la cancha: el duelo tenía que jugarse el día anterior, pero fue suspendido por un apagón en el estadio Manolo Santana. Una postal insólita en un torneo de esta magnitud. Sin embargo, nada desconcentró a Cerúndolo. Al contrario, salió renovado y aprovechó la ocasión para seguir haciendo historia.

Pero la historia no se terminó ahí. En cuartos de final, le tocó enfrentar al checo Jakub Mensik, una de las revelaciones del torneo. El partido fue una montaña rusa: comenzó perdiendo 3-6, pero con garra y precisión se llevó el segundo set en un tiebreak ajustado y luego barrió en el tercero por 6-2. Con ese triunfo, alcanzó por primera vez en su carrera las semifinales de un Masters 1000.

En semifinales lo espera el noruego Casper Ruud, uno de los mejores del mundo en polvo de ladrillo. Un desafío bravo, sí. Pero con la confianza que arrastra, Cerúndolo puede soñar. Tiene el juego, la cabeza y, sobre todo, el momento. En Madrid, un lugar donde los argentinos han escrito páginas gloriosas, el porteño quiere dejar la suya.

Su presente invita a ilusionarse. Porque ya no es una promesa. Ya no es “el hermano mayor de Juan Manuel”. Es Francisco Cerúndolo, uno de los tenistas más peligrosos del circuito en canchas lentas. Y si sigue así, el título no es un imposible, es una posibilidad real.

Si esto fuera una materia, Zverev sigue repitiendo y Cerúndolo ya está dando clases particulares. Y en la Caja Mágica, la lección sigue abierta.

Ariel Pérez Evans, 2° A, Turno tarde