El automovilismo en Argentina es una pasión inexplicable y tiene fenómenos increíbles. El pasado 24 de junio se conmemoró como todos los años el Día del piloto en Argentina, en honor al nacimiento del piloto más brillante de su historia y uno de los fenómenos del automovilismo nacional, Juan Manuel Fangio.
El oriundo de Balcarce, donde tiene su museo y el autódromo de la ciudad (uno de los más históricos del país) lleva su nombre, hizo historia en el deporte del motor en nuestro país y en el mundo.
Sus inicios en el deporte se remontan a su adolescencia, donde comenzó jugando al fútbol, llegando a formar parte de la selección de de su ciudad a los 16 años, y también practicando boxeo.
Ya a los 18 años tuvo sus primeras experiencias a bordo de un auto, cuando ganó una carrera que conectaba las ciudades de General Guido y Coronel Vidal, en la provincia de Buenos Aires, cerca de Mar del Plata.
Luego de una carrera de 9 años a bordo de los autos de competición, en 1938 llegó su debut en el Turismo Carretera, la categoría más popular del país y en donde se consagró campeón en los años 1940 y 1941, cuando las competencias aún eran de distancias largas e internacionales.
Su gran habilidad en las competiciones hizo que en el año 1947 el Automóvil Club Argentino le diese su apoyo para realizar un viaje a Europa, aunque no logró correr muchas carreras en ese año. Luego, en 1949, comenzó a mostrar sus grandes condiciones y consiguió triunfar en 5 de las 6 competencias en las que participó.
En el año siguiente se creó el Campeonato Mundial de Fórmula 1, donde Fangio participó en la escuadra de Alfa Romeo, logrando 6 triunfos y consiguiendo el subcampeonato.
En 1951 llegó su primer título mundial en la categoría máxima del automovilismo, también logrando ganar en 6 de las 14 carreras que se disputaron en la temporada.
En junio de 1952, en el circuito italiano de Monza, sufrió un grave accidente que lo mantuvo internado cuatro meses, imposibilitándolo defender el título que había ganado el año anterior.
Su segundo subcampeonato llegó en 1953, nuevamente con Alfa Romeo, aunque este sería su último año con la escudería italiana. En ese año logró llegar primero en tres competencias.
Ya en el año 1954, Fangio firmó un contrato con Mercedes-Benz para representar a la marca en la Fórmula 1. Y el balcarceño no le falló a la empresa alemana, ya que logró coronarse campeón en ese año nuevamente ganando 6 de las 8 competencias puntuables del campeonato, un porcentaje de victorias inédito en la historia.
El campeonato del 1955 fue uno de los más particulares de la historia de la categoría. En su diagrama original, el calendario de competiciones marcaba 11 carreras a disputar, pero finalmente se realizaron solo 6, debido a un trágico accidente que ocurrió en el circuito de Le Mans. De esa media docena de carreras, Fangio se llevó el primer lugar en cuatro competencias, lo que hizo que se alzara con el título por tercera vez en su carrera.
Al año siguiente la escuadra alemana se retiró de la categoría y Fangio debió cambiar de equipo. Su búsqueda lo hizo recalar en el equipo Ferrari, donde a pesar de tener un inicio complicado de temporada, venció en 3 de las 8 pruebas de las que constó el campeonato de ese año, que lo tuvo nuevamente como campeón, significando su cuarta corona y la tercera al hilo en la Fórmula 1.
Pero su último y más brillante título llegó en 1957, con la escuadra italiana Maserati. En 8 competiciones, ganó en 4 oportunidades, con una victoria que sobresalió y que quedó en la historia. En la sexta cita del campeonato, la Fórmula 1 visitó el circuito alemán de Nürburgring, y Fangio se llevó el primer puesto a pesar de que a falta de 9 vueltas para el final de la carrera se encontraba a 51 segundos del líder de la competencia, algo increíble y magnífico. Ese año el balcarceño obtuvo su quinto y último campeonato en la máxima categoría del automovilismo mundial.
En el año siguiente decidió retirarse del automovilismo, aunque siguió ligado a él y formó parte de un hecho histórico en Argentina y en el mundo, que es recordado hasta hoy: la hazaña del hasta el momento desconocido Torino en la emblemática competencia de las 84 horas de Nürburgring. Allí, Fangio fue el encargado del proyecto, realizó los viajes para asegurar la participación de la misión argentina en la carrera, que tuvo también como pieza fundamental a Oreste Berta, una eminencia en la preparación de autos.
Tres vehículos de completa fabricación nacional corrieron allí. A pesar de ser considerado inferiores en primera instancia, sorprendieron a todos al dominar la carrera desde los inicios frente a marcas como Lancia, BMW, Porsche o Mercedes Benz. Finalmente, sólo uno de los tres autos completaron la carrera, y siendo quien más vueltas dio al circuito en las 84 horas (superó por 12 a su principal rival). Pero una rotura en el escape y una detención en boxes hicieron que le descontaran vueltas y que finalmente obtenga un magnifico cuarto puesto.
Desde arriba y desde abajo del auto, Fangio mostró siempre ser un distinto, con capacidades diferentes y superiores a los de su época, y fue el primer forjador de la historia grande del automovilismo argentino en el mundo, algo que sin dudas vale la pena recordar cada año.
Autor: Pablo Casarico, 2°A, turno tarde.