Los dos momentos de gloria argentina en el Masters

Ganar el Torneo de Maestros en el tenis es como ganar el Mundial de Clubes en el fútbol. Se reúnen los mejores ocho tenistas de […]

Ganar el Torneo de Maestros en el tenis es como ganar el Mundial de Clubes en el fútbol. Se reúnen los mejores ocho tenistas de la temporada mundial. Y el que se termina quedando con el flamante trofeo queda en la historia y es un día que no se lo olvida más. Con 6 títulos, Roger Federer es el más ganador de la competencia que comenzó en 1970. Además, estadounidense es la nacionalidad más repetida entre los vencedores, con cinco tenistas y 11 copas. ¿Y argentinos? Obviamente, hubo varios. Participaron ocho en el individual: Guillermo Vilas, José Luis Clerc, Guillermo Coria, Gastón Gaudio, David Nalbandian, Mariano Puerta, Juan Martín Del Potro, quien fue subcampeón en 2009, y en esta temporada Diego Schwartzman. Dos de ellos se consagraron campeones.

El primero fue el gran Willy, considerado para muchos el mejor en este deporte que haya nacido en el suelo argentino, en 1974, al vencer al rumano Ilie Nastase en la final por 7-6, 6-2, 3-6, 3-6 y 6-4. El otro fue el Rey, quien no estaba entre los primeros ocho en el ranking ATP, pero al estar lesionados Marat Safin, Lleyton Hewiit y Andy Roddick, ingresó en la edición de 2005 y siendo uno de los menos candidatos sorprendió y se volvió a su casa con el trofeo. Aquel torneo lo jugaron también los ya mencionados compatriotas Guillermo Coria y Gastón Gaudio. El córdobes se coronó al ganarle a Roger Federer, con quien había perdido en el debut, por 6-7 (4), 6-7 (11), 6-2, 6-1, 7-6 (3).

Horacio Zeballos, con un buzo negro, y Diego Schwartzman, con una remera blanca, posaron antes de empezar a disputar el Torneo de Maestros de 2020 en Londres.

Ahora, son dos los que lo están jugando: Diego Schwartzman, quien buscará ser el tercer argentino en salir campeón y Horacio Zeballos, en dobles con el español Marcel Granollers, en una categoría en la que nunca se consagró un nacido en este país. «Es un privilegio estar en el Masters. Hay algo en el aire que te hace sentir especial. La ATP te da los gustos que están al alcance de sus manos, más allá de que es un año especial por la pandemia. Veo fotos de años anteriores con la cancha repleta y me acuerdo de algunas actividades que hacían, como llevar a los jugadores de traje al subte. Se lo ve a cada jugador más contento de lo usual. Esto es un orgullo», deslizó Cebolla en diálogo con el diario La Nación.

Martín Barylko