La intimidad del Millonario: un club enorme que también cobija otras ilusiones

River no solo es uno de los clubes más importantes en el fútbol masculino, sino que también se está haciendo un lugar en la disciplina […]

River no solo es uno de los clubes más importantes en el fútbol masculino, sino que también se está haciendo un lugar en la disciplina femenina desde hace varios años. El Millonario cuenta con un equipo que dio que hablar en el Torneo Rexona y a la vez, con inferiores que hacen un excelente trabajo.

El equipo de Núñez tiene buen ojo para todo tipo de jugadores y en esta oportunidad charlamos con Sofía Pérez, la juvenil de 19 años, que iba a volver de manera formal a jugar profesionalmente al fútbol, pero por la pandemia mundial esto no pudo ser posible.

Sofía fue observada jugando con la pelota por un allegado al club que le ofreció ir a probarse. Cuando viajó a Buenos Aires en 2014 quedó seleccionada para jugar en inferiores y desde ese entonces mantiene una buena relación con el club. Pero el fútbol no era una prioridad en la vida de ella, por lo menos hasta ahora; por ese motivo, cuando decidió volver a Tejedor, un pueblo del interior de Buenos Aires, para poder terminar el colegio, ellos entendieron perfectamente y le ofrecieron las puertas abiertas para cuando decidiera volver.

La profesionalización del fútbol femenino es algo que golpeó de forma positiva en muchos clubes, pero en las inferiores del Millonario no se sintió la diferencia. Sofía cuenta: “La situación quizá no era como ahora, porque el periodismo está más presente con nosotras, pero River siempre fue un club considerado que nos brindaba lo mejor.” Metiéndonos un poco en las internas de los entrenamientos, ella explicaba que realizaban turnos rotativos y en total entrenaban cuatro horas diarias en la cancha auxiliar del Estadio Monumental. Entre otros detalles que elogió del club también admitió que los entrenadores siempre estaban presentes y atentos a ellas, tanto en lo personal como en lo profesional. A su vez, tenían equipamiento propio antes de la profesionalización, a diferencia de otros clubes en los cuales las chicas no tenían suministros propios.

Micaela Cavaliere y Agustín Cerutti.