Un margariteño que triunfa en Argentina

Lo primero que llama la atención de Esteban, y ya se lo deben haber dicho bastante, es su blanca y perfecta dentadura, que hace juego […]

Lo primero que llama la atención de Esteban, y ya se lo deben haber dicho bastante, es su blanca y perfecta dentadura, que hace juego con un jopo que parece sacado directamente de los ’80 o principios de los ’90. También es bastante alto y tiene ojos verdes. No es de extrañar, entonces, que el margariteño sea uno de los galanes de Disney. Pero no es oro todo lo que reluce.

“Mi familia no tenía dinero para pagarme las clases de canto y actuación”, dice Esteban Velásquez, que nació en el seno de una familia humilde de la Isla de Margarita, un territorio ubicado en el Mar Caribe venezolano. La isla, de poco más de 600 mil habitantes, se caracteriza por sus hermosas playas, su gastronomía y la amabilidad de sus habitantes. En algún momento, no muy lejano, fue uno de los destinos preferidos por turistas de todas partes del mundo. En la actualidad, como el resto de Venezuela, la isla se encuentra detenida en el tiempo.

“La verdad es que duele bastante ver a lo que hemos llegado como país”, dice Esteban, que estudió en una escuela pública y que llegó a Argentina tras probar suerte en Caracas y actuar en varias series juveniles producidas por señales venezolanas. “Me vine a la Argentina en el 2015, cuando todavía Venezuela no estaba tan mal. Ahora, simplemente no se puede vivir”, sintetiza cuando se le pregunta por la situación de su país natal.

Política aparte, el actor sonríe de oreja a oreja cuando habla del camino recorrido. “Siempre pensé en que podía llegar acá, porque soy una persona que lucha siempre por sus sueños, pero no imaginé que todo iba a pasar tan rápido”, exclama. Tras su arribo a la Argentina, Esteban participó del reality show “Dar la nota”, producido por canal 13, en donde llegó a la gran final. Su actuación captó la atención de Disney, y lo invitaron a hacer un casting para integrar el elenco de la archiconocida serie “Soy Luna”.

“Cuando Disney me llamó, lloré. No podía creer lo que estaba viviendo”, confiesa. La clave para el artista es “aprender algo siempre”. “Sé que mucha gente no tiene dinero para pagarse cursos o una carrera, por eso hay que aprovechar al máximo las oportunidades que te dan plataformas interactivas como YouTube, que todavía son gratis y que tienen un montón para ofrecer”, agrega. “Cuando yo empezaba y ya sabía que me quería dedicar a esto, hacía pequeños trabajos y, lo que ganaba, lo invertía en alguna clase de canto o de actuación. La clave es prepararse siempre”, recalca.

Terminada su participación en “Soy Luna”, Esteban forma parte ahora del elenco de “Bia”, una nueva serie de Disney que lleva la ficción a la realidad a través de las redes sociales. Esta producción sigue la historia de un grupo de jóvenes creadores de contenido digital que viven la tecnología de forma expresiva y auténtica. La trama se desarrolla en el “Fundom”, un espacio de encuentro en el que forman nuevas amistades, enfrentan nuevos rivales y viven algunos romances.

“Esta serie es para los niños, para los adolescentes y para los adultos; su principal tema es la inclusión”, puntualiza Velásquez. “Tenemos que llevar el mensaje de que debemos aceptar a los demás por lo que son y por lo que quieren ser”, añade el actor, que comparte pantalla con colegas de distintas partes del mundo. “La convivencia con los demás ha sido increíble”, afirma. “Esta unión de diferentes culturas nos ayuda un montón a interiorizarnos sobre este mensaje de inclusión y respeto que le queremos transmitir al público”.

Consciente de que hay un montón de pibes que siguen sus pasos y que lo tienen como inspiración, Esteban aconseja que “hay que tratar a los demás como te gustaría que te traten” y que “no hay que rendirse nunca”. “El que se cansa, pierde”, agrega.

Y deja un par de mensajes finales. Uno, para aquellos que no se atreven a dar el paso definitivo para luchar por sus sueños. “A ellos les digo: arriésguense, porque cuando te arriesgás, ganás”. El otro, es un mensaje para el mundo en general: “por favor, no nos juzguemos tanto”.

Juan Méndez
2° «B» T. N.