La irrupción del feminismo en el fútbol

El feminismo se encuentra atravesando casi todas las áreas de la sociedad y el fútbol claramente no será la excepción. En un mundo de hombres, […]

El feminismo se encuentra atravesando casi todas las áreas de la sociedad y el fútbol claramente no será la excepción. En un mundo de hombres, este deporte también se ve escrito solo para ellos y la realidad a la que se enfrentan hoy es que las mujeres lo sienten y viven de igual manera.

“Esto te levanta la autoestima. Ya estamos en otro lugar” son palabras que sostiene con alegría Miriam Mayorga, actual capitana de la UAI Urquiza, que como muchas sabe que la gran clave está en seguir con las luchas internas y direccionarse especialmente hacia el fútbol inclusivo.

El clima feminista de época permite a algunos poder observar y entender los beneficios que se conquistaron como resultado de una lucha colectiva y además de cierta manera ser partícipes y aprendices de este movimiento que avanza transformando y renovando todo a su paso.

Los prejuicios siempre estarán presentes, de eso lamentablemente nadie se salva y creemos que el más escuchado es sobre la referencia que se hace cuando dicen que el fútbol femenino “no vende”, y este es uno de los motivos por el cual es necesario hacer una reestructuración profunda en cuanto a los estereotipos de género que hay metidos en la sociedad.

Un igualitarismo cultural es el que se precisa y los clubes hacen una mayor notoriedad en eso, tal es el caso de Boca, que se encargó de sacar a las emblemáticas Boquitas, para dar un mensaje y manifestar que las mujeres no deben estar expuestas en el sentido de ser un simple “aplauso femenino”.

Rosario Central hizo remeras con consignas pertenecientes a la militancia feminista para apoyar al área social que tiene la institución: “vivas nos queremos” y “si tocan a una, nos tocan a todas”.

La influencia de un factor externo como lo es el #MeToo, un movimiento que tiene internacionalmente más apoyo que antes, está dispuesto a terminar con el sexismo, considerado como la inferioridad física de las mujeres que se quiere utilizar como justificante de su escaso protagonismo en el deporte.

En uno de lo mayores actos como lo es la marcha del 8 de marzo en conmemoración del día internacional de la mujer, se presentó un cancionero feminista que no degrada a ningún sector de la sociedad e intenta eliminar la lengua misógina, homofóbica y xenófoba que si predomina en los cantos que se hace cada vez más naturales en el fútbol de los varones.

Vélez fue otro en dar apoyo a esta cuestión y lo hizo mediante un protocolo que se realizará de acción institucional ante cualquier situación de violencia de género, discriminación y abuso sexual.

“Saben que, si no luchan, ahí no se mueve nada” es parte del discurso de algunas cercanas al movimiento; que lograron hacer que la AFA respondiese al reclamo por la opresión que ejercieron desde el colectivo.

Para sorpresa de algunos y para satisfacción de otros, son cada vez más las entrenadoras, relatoras, jefas de hinchada y testeadoras de camisetas en el ámbito futbolístico. Esto va acompañado de lo que también pretende la Coordinadora de Hinchas y es el incorporar espacios feministas, debates sobre derechos humanos y diversidad sexual.

Pero quizás uno de los logros más expectantes fue el de el tercer libro de la edición Pelota de Papel que se dedicó exclusivamente a contar las historias de 29 jugadoras que quedó como marca de un movimiento que solo buscó visibilizar la igualdad en el fútbol.

El fervor feminista permitirá seguir alcanzando todo lo que alguna vez se quiso tener entre las manos, con puro corazón y dando la vida por lo que tanto se cree justo, correcto y necesario.

Aldana Suarez «A» turno mañana