El Programa Nacional de Educación Sexual, por dentro

A partir de que se sancionó la ley 26.150 en el año 2006, se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral para promover el […]

A partir de que se sancionó la ley 26.150 en el año 2006, se creó el Programa Nacional de Educación Sexual Integral para promover el derecho a la misma y que se pueda poner en funcionamiento dentro del programa educativo en las escuelas públicas, estatales y privadas. En los tres niveles: inicial, primario y secundario.

Los objetivos y fines de la ESI (Educación Sexual Integral) son lograr que en todas la escuelas del país haya un programa que ampare la educación sexual desde nivel inicial hasta el secundario y así trabajar en conjunto con las familias, los centros de salud y organizaciones sociales, teniendo en cuenta las etapas de desarrollo y aprendizaje de los niños/as.

Las propuestas se elaboraron a través de los distintos niveles, empezando por el nivel inicial, donde los niños y niñas tienen sus primeras interacciones con otros chicos fuera del vínculo familiar, en este proceso se recomienda el uso igualitario de las aulas y los elementos de juegos y que estos no sean únicamente solo para nenas o solo para nenes y así inculcar desde temprana edad el respeto hacia las diferentes decisiones a la hora de elegir juguetes.

El nivel primario se plantea el conocimiento del propio cuerpo y la relación con el mismo,  con los cuidados y la valoración que ésta  requiere. En el nivel secundario se necesita trabajar desde un lugar específico ya que en dicho nivel pasan de ser niños a ser adolescentes y la edad exige un proceso de confianza para que los jóvenes  puedan expresarse sin ningún tipo de problema y así respetar sin prejuicios la identidad de género y la orientación sexual de cada uno. Es fundamental el trabajo con las familias para generar seguridad y confianza en la relación de padres e hijos, para abordar temas sobre la sexualidad desde una mirada libre sin ningún tipo de conflicto y  discriminación.

Por otro lado la Educación Sexual Integral es esencial para la prevención del abuso sexual, por esto es importante el trabajo de educación en las escuelas. En una charla con el diario La Capital la pedagoga social María Suárez se refirió a la educación sexual: “El espacio de educación es fundamental ¿Por qué decimos: “sin ESI no hay ni una menos”? Porque es fundamental la educación sexual integral en las escuelas. Es lo que permite ir trabajando cotidianamente  con los niños y las niñas el tema “mi cuerpo es mío”, “mi cuerpo es mi territorio“, “qué cosas siento que si me hacen bien y que cosas que no”, comentó, en referencia a la importancia que tiene que las escuelas tengan el programa de educación sexual. Es primordial que en todas los colegios a nivel nacional, tengan incluido el programa en sus tres niveles; también es de vital ayuda que los docentes y familias se unan para trabajar juntos en dicho proyecto.

Por otra parte la ESI también publicó cuadernos específicos para cada nivel, inicial, primario y secundario, en donde describe y explica la serie de contenidos y propuestas para las escuelas. En primer lugar da referencia a las áreas curriculares con las que trabajan, las cuales son Formación Ética y Ciudadana, Educación Física y Educación Artística, en  cada una de estas áreas se van trabajando diferentes temas que tienen que ver con los derechos, la sexualidad, prácticas corporales, el cuerpo y género.

Además de desempeñarse en las áreas curriculares, también se adentra en lo espacios específicos, los vínculos de violencias en las parejas adolescentes, discriminación y diversidad cultural y la trata de personas. A través de Comunicar Igualdad se informó que alrededor de 60 mil docentes en todo el país recibieron capacitación en educación sexual integral. El 23 y 24 de abril de este corriente año se realizó una jornada de formación docente sobre educación sexual integral, la cual se organizó desde la Escuela de Formación Pedagógica y Sindical en conjunto con el área de Prevención de la Secretaría de Educación de CTERA.

Alejandra Torres