Las autoras toman el control en la Feria del Libro

Durante la jornada del domingo en la 44ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, las mujeres tomaron el control, un grupo de autoras se […]

Durante la jornada del domingo en la 44ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, las mujeres tomaron el control, un grupo de autoras se subieron al escenario para disertar y presentar sus trabajos. Varias mesas, varios entrevistadores pero un tema en común: el rol de la mujer dentro de la literatura y el avance que se dio en este terreno que supo ser dominado exclusivamente por hombres.

La atracción principal fue la mesa bautizada como: “El Neo boom latinoamericano es femenino. ¿Una literatura femenina y feminista?”. Una mesa tanto femenina como internacional ya que juntó a la chilena Cynthia Rimsky, la argentina Gabriela Cabezón Cámara y la uruguaya Natalia Mardero.

Estas figuras estaban invitadas para debatir enfocándose en la literatura, habían recibido una sutil bajada de línea para tratar el tema de forma neutral y no bajo la bandera del feminismo, que parece que tanto miedo le da a algunos/as. Claramente estas mujeres mostraron su rebeldía e hicieron todo lo contrario, hablaron de lo que querían hablar.

««Deberíamos pensar en un poder más autónomo y repartido. No puede ser que un sector pequeño se lleve todo lo que producimos todos. Para colmo, las mujeres estamos escindidas de la posibilidad de ese poder, y eso debe cambiar»» sentenció Cabezon Cámara.

Luego se presento Claudia Piñeiro, quién supo ser protagonista con su fuerte discurso en el día de Inauguración de la Feria del Libro. La ceremonia de apertura fue interrumpida cuando aproximadamente 150 manifestantes invadieron la sala Jorge Luis Borges protestando en contra del proyecto de la Universidad de Formación Docente (Unicaba).

Piñeiro pudo ser la única a la que los manifestantes dejaron hablar, luego de un acalorado cruce con el ministro de Cultura de la Ciudad. En su discurso con fuerte mensajes, la oradora aparte de mostrarse en contra del proyecto Unicaba, abarcó temas sobre la realidad de las mujeres en el negocio literario.

La escritora fue entrevistada por Patricia Kolesnicov, Periodista y jefa de la sección cultura del Diario Clarín. En la charla se sintió un clima distendido en  el cual la protagonista hasta contó anécdotas personales que, además de causar la risa del público, mostraban como había comenzado a cuestionarse las diferencias entre hombres y mujeres.

««Lo que creo es que tal vez con lo que dije se nos preste más atención, se tome en cuenta la palabra de las escritoras mujeres, como mujeres«, aclaró refiriéndose al mencionado discurso de apertura días atrás.

Una participación bastante particular fue la de la cantante Miss Bolivia, que ese mismo día presentó su libro “Ni cabida, cómo sobrevivir a la gilada”. En la mesa la entrevistaba Sebastián Wainraich, quien además fue el prologuista del libro.

Paz Ferreyra, nombre real de la cantante, es además psicóloga. Su música, que mezcla la cumbia, el rap y otros distintos tipos de ritmos, acompañan los versos que ella escribe para relatar su vida y, sobre todo, hacer descargos políticos a favor de las mujeres.

««Me basé en mis tuits, que me parecen una estructura adecuada, como una daga, como un haiku, como un epigrama» dijo Ferreyra refiriéndose a la creación de su libro, que contiene imágenes y frases cortas pero con fuerte significado. Marcando las diferencias y desventajas de ser mujer pero jamás siendo víctima, siempre siendo guerrera.

Todas estas mujeres, cada una a su manera y acompañándose del humor y la risa, denunciaron las diferencias que todavía sufren  sobre todo en el negocio editorial. Situación que se repite en todos los ámbitos, por eso los pañuelos verdes también se hicieron presentes junto con las protagonistas.

Pero estas mujeres también festejaron. Cada una celebraba poder estar allí, y que cada día el género femenino tenga más espacios para visibilizar su situación. Desde una época en la cual solo los hombres podían leer y escribir, pasando años después a las increíbles autoras que debían publicar sus escritos bajo seudónimos de hombre, llegamos por fin a este momento en el que la literatura y el feminismo se pueden debatir abiertamente. La lucha continúa.