El canillita de la honestidad

Se trata de Carlos Gaitán, un reconocido canillita de la ciudad de Trelew (Chubut), quien habitualmente desempeña su trabajo en una de las equinas más […]

Se trata de Carlos Gaitán, un reconocido canillita de la ciudad de Trelew (Chubut), quien habitualmente desempeña su trabajo en una de las equinas más transitadas de la ciudad, Avenida 9 de Julio y Belgrano. Y en una ocasión un pensionado, oriundo de la zona rural, por equivocación le abonó por un diario $2005, en vez de los $25 del valor real del ejemplar.

Pirámide Invertida charló con el protagonista, que contó: «El hecho ocurrió hace más de un mes, yo vendo diarios en 9 de julio y Belgrano y hay gente que compra todos los días, y otros que compran a veces un viernes, o un sábado o domingo. Resulta que hay un abuelo que siempre pasa, a veces compra, a veces no compra, ya lo tengo identificado por el auto y esta persona casi siempre viene a buscar una nieta que estudia en Trelew. En un momento me compró el diario y  me pagó con billetes que él ha visto como de 5 pesos pero en un momento tenía 4 billetes de 500 y uno de cinco, justo ese día estaba $25 el diario. Yo me doy cuenta después y  sabía quién era la persona que me había pagado con cambio”.

Increíblemente, sin mas datos que el saber que era pensionado y el auto, Gaitán optó por acercarse a la radio local, LU20, para dejar un aviso. “Puse un aviso en el contestador para el abuelo del vehículo tal y tal que había comprado el diario, que pasara por la esquina donde siempre estoy porque me había pagado equivocado”, dijo el humilde trabajador.

Dicho aviso radial no sirvió, ya que pasaban las semanas y no había señales del pensionado. Pero un día volvió a la esquina, en busca del diario y el canillita, fiel a su humildad y honestidad le devolvió lo que le pertenecía, “Y se ve que no había escuchado el abuelo, porque cuando vino de vuelta apareció para comprar el diario otra vez, como pasa siempre, y ahí fue cuando yo le dije que él antes me había pagado mal y se quedó sorprendido”, expresó Gaitán.

“Él pensó que había perdido la plata, le dijo a la nieta y  habían buscado en la casa, en el auto y resulta que se había equivocado en pagarme el diario con billetes que son muy parecidos”, contó el vendedor y relató que “le entregué el dinero y dijo que me iba a traer algo de regalo, y después apareció, como a los tres o cuatro días, con un cordero de regalo y el agradecimiento”, manifestó el Carlos.

Días después del hecho, el canillita contó lo que sucedió en las calles al enterarse la gente de su voluntad de devolver el dinero: “Hubo varios que me felicitaron y otros que no, que decían ‘yo no sería tan estúpido y me quedaría con la plata’, pero no es así; yo me crié con mis abuelos y me enseñaron que lo que no es de uno, no es de uno. Yo trato de ganarme el peso honestamente”.

El canillita Gaitán, quien sabía desde un primer momento que la persona que le dio dinero de más era “un laburante, una persona de las chacras y además me contó que es pensionado”, optó por la honestidad. Y es por esto que pasó de ser un canillita normal de la ciudad de Trelew a ser reconocido como «El Canillita de la honestidad».

Ignacio Jara