Cine argentino, la lente empañada

Con la caída en la producción de películas nacionales y el retroceso en las taquillas, Pirámide Invertida habló con integrantes de la industria cinematográfica local […]

Con la caída en la producción de películas nacionales y el retroceso en las taquillas, Pirámide Invertida habló con integrantes de la industria cinematográfica local para clarificar el panorama.
¿Hay una crisis en el cine argentino? La vacilante situación del INCAA, la frágil economía del país y la asimétrica competencia, las claves.

El cine en la Argentina logró a través de los años un invaluable prestigio a nivel mundial. Películas nacionales no sólo han ganado Oscars y festivales internaciones como Cannes y Berlín, también se han instalado en las distintas salas del planeta, forjando respeto y admiración. Hoy la situación de la industria audiovisual local es delicada: los proyectos y niveles de producción de cintas disminuyó considerablemente.

La incertidumbre por el cambio de autoridades en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), con la renuncia forzada del presidente Alejandro Cacetta, las denuncias de recortes en el apoyo financiero y la situación económica que atraviesa el país, son algunas de las cuestiones que Alberto Romero (productor, guionista y director en Puente Films), Gustavo Masó (actor con 30 años de trayectoria en teatro, televisión, cine y radio) y Pedro Fernández Moujan (periodista, Editor en Jefe de Espectáculos en Télam) remarcan para entender la crisis que atraviesa el cine argentino.

A pesar del buen rendimiento en cartelera que están obteniendo películas nacionales, como “Mamá se fue de viaje” y “El fútbol o yo”, los tres protagonistas afirmaron a Pirámide Invertida que la industria local está inmersa en problemas económicos que hacen mella en la producción. Este medio intentó comunicarse con representantes del INCAA para que dieran su visión pero no obtuvo respuesta.

En abril de este año, luego de que el Gobierno obligara a renunciar a Cacetta por sospechas de irregularidades (que se transformaron en denuncia penal por defraudación contra la administración pública), la Asociación de Directores de Cine alzó la voz y emitió un video en el que referentes de la industria mostraban su descontento.

La medida fue catalogada como “una cortina de humo que esconde una operación” para encubrir un vaciamiento de la institución y un recorte de fondos para los proyectos cinematográficos.

Alberto Romero, egresado en «Diseño de Imagen y Sonido» en la UBA y dedicado a retratar problemáticas sociales con una dosis de humor, es coincidente con aquella preocupación: “El cine argentino atraviesa una enorme crisis. Las actuales autoridades del INCAA están adoptando políticas de ajuste bastante brutales, hay un parate administrativo muy fuerte que hace que caiga la actividad de las productoras”.

El director de “Carne Propia” fue claro respecto de las intenciones que visualiza en esta nueva gestión: “hay una decisión de articular una sub ejecución presupuestaria, lo que hace que el dinero nunca llegue”.

Esta caída en la actividad de la que habla el miembro de Documentalistas Argentinos se ve reflejada en las pantallas. Este año, según el sitio Cine Nacional, finalizará con 74 films argentinos, cuando los estrenos nacionales de periodos anteriores fueron muy superiores: 131 en 2016, 118 en 2015 y 170 en 2014.

Además, hay un desplome en la cantidad de público según la consultora Ultracine, que en mayo detectó 1.200.000 espectadores menos con respecto al mismo período de 2016 y una recaudación que bajó en 23 millones de pesos, taquilla principalmente sostenida por las películas norteamericanas.

Aunque vale la pena aclarar la gran diferencia entre el cine independiente y la hegemonía de las grandes productoras nacionales, a ambas se les está haciendo difícil tanto desde lo económico como desde lo técnico «desafiar» a Hollywood.

“(La producción) Queda en manos de los «tanques» como Telefé y El Trece pero con coproducciones con España. El cine que nos representa está reducido a algunos héroes. Es imposible competir con producciones extranjeras, la competencia con Netflix es una utopía. Se hacen las cosas como se puede”, sentenció Masó, quien a sus casi 60 años se define como un “actor popular de teatro abierto”.

En referencia a las posibilidades laborales, el actor de «Kóblic» y «Maradona, la mano de Dios» aseguró que «hay poco trabajo. Encima siempre llaman a los mismos actores taquilleros. Es complicado evolucionar como actor».

Otro de los inconvenientes que atraviesa el cine nacional es la distribución del contenido. Fernández Moujan, periodista especializado en cine y música, dice que ese es un problema histórico: “la distribución de cine está copada por los gigantes comerciales extranjeros en las multipantallas, falta un circuito para la proyección y exhibición del cine independiente de nuestro país.

Luchar por el cine como herramienta cultural de transformación de la realidad es una tarea en la que todos deben sumar, aun cuando la frase del periodista de la agencia de noticias estatal parezca tener vigencia: “En Argentina nunca estás exento de la crisis.

Una producción especial de: Leonardo Bravo, Matias Devicenzi, Mauro Coppolillo, Enzo Resino, Santiago Salituro, Eduardo Maidana, Tobías Ginzo, Facundo Llidó, Andrés Stranges y Jayro Castillo.