Luz verde para el Progresar

En junio último, varios jóvenes beneficiarios del Plan Progresar se vieron confundidos al momento de retirar su monto mensual del cajero. No había dinero en la […]

En junio último, varios jóvenes beneficiarios del Plan Progresar se vieron confundidos al momento de retirar su monto mensual del cajero. No había dinero en la cuenta. Tras la lógica confusión, y con las redes de Anses colmadas de consultas, el organismo envió un comunicado advirtiendo al grupo de personas perjudicadas explicando los motivos del problema con el fin de llevar tranquilidad a cada afectado.

Analizando la situación y entrando en razón de lo sucedido, se aclaró que sólo aquellos que cursaban estudios terciarios de nivel superior eran los perjudicados. “Llamé al Anses y no me lo podían explicar. Después de varias veces que llamé me contaron que era porque las instituciones terciarias habían demorado en mandar la confirmación de alumno regular”, explicó uno de los usuarios.

Cada escuela y/o facultad debe mandar, dos veces al año, el aviso correspondiente a las autoridades para que éstas acrediten que el joven es regular en sus estudios y cumple con los requisitos para poder cobrar el beneficio, que cada mes brinda la suma de $900 pesos, de los cuales sólo $720 llegan a mano de los estudiantes. Los $180 restantes son retenidos y acumulados por el organismo público a cargo para entregarlo como retroactivo en los meses de agosto y enero, meses cuando el beneficio pasa a ser de $1440.

Para escuelas secundarias, la interacción con el Anses es diferente; el que debe afirmar su condición de alumno regular es la persona y no la institución; por eso cada individuo que lo requiera debe descargar una planilla de la web y presentarla en la sede más cercana. Es por eso que los problemas se presentaron sólo con los terciarios y/o universitarios, al no tener contacto directo con ellos.

Sin embargo, todo ese malestar quedó atrás y este mes el problema pudo ser solucionado. Aquellos estudiantes a los que no les abonaron anteriormente por fallas en el servicio fueron beneficiados con un retroactivo, cobrando dos meses en uno y retomando su condición de cliente con tarifa social en los transportes públicos, condición que les demoró un poco más que el dinero físico. Hubo quejas al respecto.

“Por suerte se pudo solucionar, pensé que se iba a cancelar el programa y no lo iba a cobrar mas por decisión de la política”, dijo una joven, aliviada. Esto denota la preocupación por las políticas que lleva adelante el estado, temores a posibles descartes o recortes a programas de ayuda a estudiantes u otro grupo de gente que así lo determine.

Esta prestación de ayuda a los estudiantes nació el 22 de enero de 2014 como parte de un plan de inclusión social y motor para que más jóvenes tomen la iniciativa de realizar estudios superiores. Es similar a los programas Conectar Igualdad, o el denominado Envión, que se pusieron en marcha en fechas cercanas.

Hoy en día, más de un millón y medio de jóvenes de todo el país consiguen el beneficio y se encuentran estudiando en instituciones o universidades que son avaladas por el Ministerio de Educación y Desarrollo Social. También los beneficiarios tienen la chance de asistir a cursos municipales o provinciales, ya sea de capacitación u oficios, que les da el acceso a la prestación.

Elías Cardozo Bernal e Ignacio Jara