Ituzaingó: escalera al cielo

Un final de película se vivió en la Primera D del fútbol argentino, cuando en la última fecha del campeonato, Club Atlético Ituzaingó y Leandro […]

Un final de película se vivió en la Primera D del fútbol argentino, cuando en la última fecha del campeonato, Club Atlético Ituzaingó y Leandro N. Alem se disputaban lo que sería el ascenso a la C. Jugaban simultáneamente para que los nervios estén tan presentes como el resultado del otro partido. El banco de suplentes y el cuerpo técnico estaban con los “ojos y los oídos” puestos en la radio para estar pendientes de lo que sucedía

 

Alem, el equipo de General Rodríguez, fue el dueño del torneo durante la mayor parte de éste, pero algunos traspiés, y el duelo clave ante el León, hicieron que dejara puntos en el camino. Así, el verde logró llegar al primer puesto en la fecha 29, a una del final y depender de sí mismo para campeonar.

 

Y así fue, con confianza y pasión, Ituzaingó salió a disputar su partido ante Liniers pensando sólo en eso y mirando el arco adversario. El nerviosismo se vio reflejado en el primer tiempo, el cual terminó con poco fútbol y mucha ida y vuelta. Iban 0 a 0 y el empate no servía, porque Alem le estaba ganando a Puerto Nuevo y los estaba coronando.

El segundo tiempo lo arrancaron dormidos hasta que su arquero, Blas Pisano, le contuvo un penal a Liniers que pudo haber sido determinante. Ese hecho despertó la furia del león, que aprovechó la cabeza de Maxi Lara para abrir el marcaron y estar más cerca del sueño. Pero los locales empatarían gracias a Santiago Szerdi.

Los minutos pasaban y la cara de frustración de la visita se hacía notar, hasta que, a los 49 minutos del complemento, el árbitro, Alejandro Ramírez, cobra un penal que iba a ser decisivo. El encargado del mismo sería Damián Anríquez, el que sería, quizás, el remate más difícil de su carrera. Apoyó la pelota en el punto, se paró, miró al arquero, su corazón le latía a mil por hora, se confió y pateó. Todo el estadio en silencio, hasta que la pelota tocó la red e hizo estallar de euforia a los jugadores e hinchas de Ituzaingó.

Sueño cumplido, se consagraron campeones y ascendieron a Primera C, luego de 3 años.

Los jugadores de Ituzaingó festejan el ascenso (Foto: Crónica)

Una consagración que demuestra que nunca está muerto quien pelea y que siempre hay que seguir luchando. Sumaron 66 puntos (21 victorias, 3 empates y 6 derrotas) y jugarán su temporada número 19 en la Cuarta división del fútbol argentino.

Comienza una nueva etapa en el club, que estará con hambre gloria y buscarán seguir subiendo escalones, para nunca más volver.