Villa Crespo: de la fiesta a la desazón

Flandria ascendió a la B Nacional. Los noticieros de la mañana decían que el clima de Buenos Aires sería de 11° pero olvidaron mencionar que […]

Flandria ascendió a la B Nacional. Los noticieros de la mañana decían que el clima de Buenos Aires sería de 11° pero olvidaron mencionar que en Villa Crespo la temperatura sería más cálida. Con varias horas de antelación los hinchas del bohemio comenzaron a ocupar las calles que rodean el Estadio Don León Kolbowsky, algunos con sus cervezas imaginando lo que podía ser el partido, familias en los restaurantes cercanos comiendo algo para soportar la tarde. Los encontrabas de todas las edades por Avenida Corrientes, saliendo de la estación Dorrego de la Línea B del subte y llegando en el metrobus por Juan B. Justo.

Interminables eran las filas esperando que abrieran los portones de acceso al Estadio y para que todo fuese más animado al unísono cantaban en apoyo a ese club que tanto aman. Faltaba hora y media para el comienzo del partido y las gradas comenzaban a llenarse y el sol brillaba en lo alto iluminando el césped. Villa Crespo era una fiesta y nadie se la quería perder, alrededor de quince mil personas pintaron las gradas de azul y amarillo. El humo de los fuegos artificiales en espirales se elevaba al cielo simbolizando al disolverse en nada el ansiado sueño del ascenso.

El ambiente era ideal y cuando el partido comenzó, el León rugió para empujar a los suyos a ganar el partido. Nadie se perdía un detalle, ya sea puteando al árbitro siempre que se equivocaba en contra de Atlanta o gritando en espera de un milagroso gol que no llegaría. Al medio tiempo el partido desilusionaba a propios y extraños y en la fila para comprar un Paty y una gaseosa algunos comenzaron a dudar. Los minutos pasaban y en el horizonte el sol se esfumaba al igual que las esperanzas de Atlanta y sus aficionados.

Llegaron los 90 minutos y el silbato de Mastrángelo marcó el final del partido y el final de un sueño que duró 19 fechas. Muy destacable el respeto del público de Atlanta que, a pesar de algunos silbidos, supo reconocer el éxito más importante en la historia de Flandria que ascendió por primera vez a la B Nacional. Al final de la tarde la realidad golpeó a los hinchas bohemios y se dieron cuenta que en realidad hacía frío y que la noche era oscura.

Juan Carlos Pohl 2°A TT

Flandria, al Nacional B

Con un empate aburrido en Villa Crespo, Flandria consiguió el punto que necesitaba para ser campeón.

En la previa, era un partido que prometía mucho, pero con el paso de los minutos fue derivando hacia una decepción. Sobraba ansiedad por ver un partido de esta talla, el primero contra el segundo, jugándose todo lo trabajado a lo largo de las 19 fechas. Atlanta nunca tuvo la convicción suficiente para ganarlo. La falta de eficacia en los centros y la mala definición en el área contraria dieron por sentado el resultado desde el primer tiempo, cuando el sol empezaba a bajar.

Iba pasando la hora, y el nerviosismo se iba acrecentando, el Canario mantuvo el buen rendimiento defensivo que sostuvo a lo largo de todo el campeonato. Los de Jáuregui tuvieron una clara, tras una serie de rebotes la pelota quedó en pies de Vicente que no supo definir en el mano a mano. Todas las pelotas que caían en su área, terminaban en las manos de Griffo, que a pesar de haber sido la figura del partido, en varias ocasiones debió haber sido amonestado por demorar. Esto demuestra el mal desempeño de Hernán Mastrangelo, máxima autoridad del encuentro, que fue muy permisivo con las faltas, dejó pasar una infracción a Mancinelli en el borde del are que podría haber sido muy peligrosa. Se guardó un par de amarillas y también una roja clara a William Riveros en el segundo tiempo. Además, sorpresivamente no adicionó minutos después de los 90 y el partido terminó.

Quince mil almas en silencio, y con la decepción del resultado adverso luego de tanta ilusión. Aníbal Biggeri no confirmó su continuidad, declaró que sólo piensa en descansar y posteriormente se reunirá con los dirigentes para evaluar su futuro.

Del otro lado la euforia y la alegría de un plantel y también de Favio Orsi y Sergio Gomez, que hicieron historia, y ya se ponen a pensar en su primer temporada en la B Nacional. Hace un año el Carlos V estaba completamente inundado. Ahora, como gran sintoma de superación, se prepara para ser sede y hogar de Flandria en una nueva categoría.

Patricio Ward 2°A TT